Recientes estudios, muestran las similitudes entre el cerebro humano y las colmenas de abejas.
Los investigadores de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) han centrado su trabajo en colonias
de abejas europeas o melíferas (Apis Mellifera), ya que son capaces de sobrevivir durante años,
gracias al peculiar modo de mantenerse juntas dentro del panal, y alimentarse de la miel producida
durante los meses de invierno.
Superorganismo
Estas colonias se comportan como un superorganismo, es decir, prevalece el grupo sobre el individuo.
Este hecho se confirma mediante la regla de Farrar, que de sobra conocen los apicultores desde los años
60 del siglo pasado: cuando aumenta la población de una colmena, la producción de cada
individuo aumenta de forma exponencial.
Podemos hablar de un fenómeno claro de sinergia: el conjunto suma más, que la suma de los individuos.
Psicofísica o neurociencia
Para comparar este superorganismo con el cerebro humano, se ha recurrido a la psicofísica, cuyas leyes
se aplican a todo el cerebro. Sin embargo, la neurociencia estudia el comportamiento de las neuronas…
y las abejas, no son neuronas, aunque como veremos más adelante, cumplan la misma función.
Las tres leyes de la psicofísica que se cumplen, tanto en un panal de abejas como en el cerebro humano,
son las siguientes:
- Ley de Piéron: Relación entre intensidad del estímulo y tiempo de reacción. Cuando se cuenta
con información de alta calidad, se toman decisiones con más rapidez. - Ley de Hick-Hyman: Cuantas más opciones existen, más difícil es tomar una decisión.
Los programadores de videojuegos, aplican esta ley cuando obligan al jugador a tomar
una decisión entre varias, en un tiempo limitado. - Ley de Weber: Relaciona la intensidad de un estímulo con la sensación producida por este.
Cuantas más diferencias hay entre dos opciones, más fácil es elegir una de ellas.
El reto: elegir el nuevo hogar
Como hemos comentado, existen similitudes de comportamiento entre las neuronas y las abejas como individuos.
Las leyes anteriormente enunciadas, se cumplen en el conjunto de la colmena, y no en cada abeja,
de la misma forma que se cumplen a nivel cerebral, y no en cada neurona. En el experimento,
la colonia tuvo que elegir un nuevo emplazamiento para desarrollarse.
Las abejas obreras se comportaron de forma similar a las neuronas encargadas de enviar al cerebro las sustancias
electroquímicas necesarias para la toma de decisiones: observaron, acudieron al panal con la información,
y la colonia tomó una decisión.
La comunicación entre abejas dentro de un panal, de realiza mediante movimientos, danzas, posición
respecto al sol, sustancias químicas –feromonas–, que suponen asombrosas similitudes con las células cerebrales.
El estudio del comportamiento del panal de abejas melíferas, ayuda a la comprensión de los mecanismos
del cerebro humano, y servirá para aplicar los resultados en el desarrollo de inteligencia artificial.
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