Hoy, están vacantes 2,9 millones de puestos en ciberseguridad en todo el mundo. En 2021, serán 3,5 millones. Este hecho, supone un gran problema para todas las empresas e instituciones, independientemente de su tamaño. La uberización llega también a este sector.
Los casos más difundidos, como el robo de datos de Facebook por Cambridge Analytica, son la punta visible de un problema que crece exponencialmente.
Actividad poco interesante para nuevos talentos
Además de no haber suficientes candidatos para cubrir la demanda de hackers éticos, tampoco existen programas de formación específicos que evolucionen, al menos, tan rápido como los ataques.
Y los pocos cursos que hay en la universidad privada, no suscitan el interés de un número suficiente de alumnos.
Banca y seguros cuentan con la mayoría
El sector bancario y el de seguros, son los que disponen de más presupuesto para fichar a los mejores hackers, además de ofercer mayor flexibilidad, a la hora de facilitar la labor de estos nuevos empleados: horarios flexibles, retribución en función de objetivos, margen suficiente para tomar decisiones delicadas, presupuesto propio… una forma de trabajar y posiblemente una personalidad que quizá no encaje en todas las organizaciones.
Las Uber de las TIC
Pequeñas empresas y grandes compañías de todo el mundo, sufren ciberataques diariamente, y no pueden esperar a que haya suficientes candidatos para cubrir sus puestos en seguridad informática. Bugcrowd y HackerOne son dos plataformas que ponen en contacto e intermedian, por un lado entre empresas que demandan acciones concretas en ciberseguiridad, y por otro, más de 200.000 usuarios –solo en KackerOne– adscritos dispuestos a colaborar.
Economía colaborativa, una vez más
Usuarios o, mejor dicho, hackers freelance que pueden superar los 85.000€ de ingresos anuales. La mayoría residen en EE.UU. o Europa, pero también en países en vías de desarrollo donde las retribuciones son un importante aliciente para dedicar toda su jornada a esta tarea.
Cazadores de errores
También los podríamos denominar cazadores de recompensas, cuando responden al llamamiento de empresas como GM, Microsoft o Starbucks que cuelgan el cartel de “Se busca” en estas plataformas. Estos cazadores limpian código y detectan errores de seguridad en una labor preventiva.
Plataformas que no solo gestionan pagos
Bugcrowd ofrece programas de formación, comparte herramientas con los usurarios, y promueve un marco normativo que de alguna forma ampare la labor del hacker ético, que en este momento se podría considerar delito en varios aspectos, debido a las leyes antipiratería.
Posiblemente, este sea un claro ejemplo de cómo serán las relaciones de las empresas con sus empleados en pocos años.
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