traje sin cabeza

El sabelotodo que nunca dejará la empresa

Mantener el conocimiento en una organización, significa retener a los empleados que lo poseen. Hasta ahora. La rotación laboral es cada vez más frecuente en las empresas, y la pérdida de conocimiento supone un problema añadido. Este problema, fue detectado hace cuatro años por una start-up asturiana formada por cuatro personas, que ha evolucionado en Zapiens. Una empresa con un sólido plan de negocio, y treinta empleados. Había que incorporar un empleado sabelotodo a la empresa, que aunase el conocimiento colectivo.

Cerebro corporativo

Para conservar el conocimiento, más allá de las personas que lo poseen, la empresa asturiana, ha creado un cerebro corporativo con forma de chatbot. Se alimenta de preguntas y respuestas de los propios empleados. En la práctica, supone que este cerebro, al ser preguntado, dará las respuestas que conoce, o en caso de no conocer la respuesta, indicará qué persona dentro de la organización, será capaz de responderla.

Inteligencia artificial colectiva

La idea surgió ante un problema que le planteó un cliente a Daniel Suárez, CEO de Zapiens: la rotación de personal en las tiendas de la empresa, hacía que se perdiera conocimiento y el que quedaba, no se compartiera eficazmente. Seleccionaron 20 empleados, a quienes pidieron 10 cuestiones que sus compañeros deberían saber, y 10 cuestiones que cada uno se planteaba. En total, 400 preguntas con sus correspondientes respuestas.

Grupo Volkswagen, Telefónica, Vodafone, Nespresso…

Empresas con rotación de producto y personas ya han apostado por este sistema, aún más eficaz si se trata de una multinacional. Por ejemplo, en una franquicia con tiendas en distintos países, se pretende que las cosas se hagan siguiendo las mismas pautas y patrones de calidad (transmisión del conocimiento de arriba hacia abajo). Pero puede ocurrir que en una tienda, alejada de la organización de la empresa matriz, hayan llegado a una solución efectiva ante un determinado problema, sin que la información llegue a ninguna parte más de la organización. La información no se comparte. Con el cerebro de Zapiens (Zap), sería posible compartir esta información, de abajo arriba.

De cerebro en blanco a sabelotodo

En un inicio, el cerebro Zap está vacío, hay que alimentarlo colectivamente tanto con preguntas y respuestas, como con su verificación y evaluación a partir de las cuales, irá aprendiendo sobre las personas más adecuadas para responder a determinado tipo de cuestiones. Las respuestas dadas por cada empleado, se verifican a nivel técnico. Así, a cada participante se le da más o menos peso, según su nivel de aciertos y experiencia. De esta forma, Zap se convertirá en un Chatbot Inteligente.

Formación

Este gran cerebro es también una poderosa herramienta para formar empleados. Más eficaz que los programas de formación tradicionales, ya que en una semana, se puede poner en marcha una campaña de pregunta-respuesta, fácilmente modificable. En Zapiens afirman que la transmisión de datos en formación mejora un 80%, y la frecuencia entre un 10 y un 70%; es lo que definen como Microlearning, y viene dado por breves y continuados períodos de formación.

Selección de personas

Los datos referentes a quién es el empleado que más sabe en determinado área, el más curioso, o el que más rápido aprende, pueden ser determinantes a la hora de seleccionar o promocionar a un empleado. Es lo que la empresa llama Dashboard de Conocimiento.

Enciclopedia global

Zap está destinado a ser también una gran enciclopedia compartida a gran escala, por ejemplo en el ámbito universitario, como repositorio de conocimiento. Esta evolución irá de la mano de socios estratégicos como Google.
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