La palabra «trabajo» deriva del latín tripalium, que era una herramienta usada como instrumento de tortura para castigar esclavos. Según esta definición, lejos queda poder decir que trabajo y felicidad definitivamente van de la mano. No obstante, aunque aquellos tiempos en los que el trabajo era cosa de esclavos pasaron, la insatisfacción laboral supone una nueva forma de tortura en el trabajo.
De alguna manera la insatisfacción laboral indica un desequilibrio o malestar en el individuo provocado por necesidades no cubiertas y esto se refleja en el rendimiento, en el entorno, y por su puesto en nuestro ánimo, pues ¿quién no se ha levantado alguna mañana preguntándose, por qué tengo que ir yo a trabajar hoy?, ¿quién no odia los lunes?, y claro, esperar al fin de semana nos machaca, pues como dice el refrán el que espera desespera.
Para algunos todas sus necesidades quedarían cumplidas mediante una jugosa remuneración economía, para otros el reconocimiento de sus logros o la afiliación con su entorno de trabajo son claves.
Ahora bien, no siempre es realista conseguir todos nuestros objetivos y por ende saciar todas nuestras necesidades, sobre todo si estas se basan en deseos irrealizable o unas expectativas demasiado altas, lo que nos conducirá a una continua frustración, y además no todas las circunstancias dependen de nuestra voluntad.
Entonces, ¿qué SÍ podemos cambiar para que nuestra realidad laboral sume y no reste a nuestra existencia?
En primer lugar, debemos revisar nuestros objetivos, pues nos marcamos metas equivocadas. Nuestros objetivos deben regirse por la regla de las “3 C”, CLAROS, CONCRETOS Y CONSEGUIBLES.
En segundo lugar, modificar nuestra actitud, las personas inteligentes se adaptan a las circunstancias y ven oportunidades donde otros sólo se dedican a la queja sistemática, perjudicándose a ellos mismo e intoxicando el ambiente.
En tercer y último lugar, trata de realizar una buena gestión de tu tiempo de ocio, el objetivo es ser feliz tanto fuera como dentro del trabajo. Trata de marcarte un objetivo pequeñito durante el día y haz una buena gestión de tu tiempo de ocio fuera de la jornada laboral. Para los más ambiciosos también es válido.
“A menudo las personas están trabajando duro en el puesto de trabajo equivocado. Trabajar en lo que te gusta probablemente es más importante que trabajar duro” . Caterina Fake